La primera galleta que recibió su nombre como tal, fue un panecillo de gran durabilidad de aspecto plano y redondo. Se consumía entre los soldados y tripulaciones de grandes buques. En la actualidad llamamos “galleta” a una gran variedad de dulces con diferentes sabores y formas.
La galleta, al igual que el pan son productos que nacieron a la vez, y aunque su industria es moderna, sus orígenes tuvieron lugar en los primeros tiempos de la Humanidad. Inicialmente, el hombre usaba una masa de harina y cereal, y cuando descubre el fuego, se multiplican las opciones de transformar sus alimentos, es entonces cuando la torta-galleta se convierte en un elemento básico en la dieta alimenticia. Uno de los primeros alimentos que se cocinaron fue la torta-galleta, original del hombre libre y nómada. También en la Biblia existen numerosas referencias al pan ácimo (galleta) como el alimento principal del pueblo israelí, por ser un alimento “puro”. Diferentes investigadores están de acuerdo en que los panes a los que se hace referencia en la Biblia eran planos, con forma de galleta y a los que se añadía miel, manteca y huevo.
En Roma y prácticamente todas las grandes culturas de la antigüedad, utilizaban las galletas para afrontar guerras o largas travesías. En la edad media los ejércitos de moros y cristianos, también consumían una especie de torta crujiente o galleta. Fue con la conquista de América cuando la galleta viaja por el mundo ocupando un lugar importante en las bodegas de barcos y navíos de vela, sustituyendo al pan, por su mayor durabilidad y menor volumen. Pero en el siglo XIX, con la llegada de la revolución industrial la galleta deja su papel sustitutivo del pan para adquirir una identidad propia en el sector alimentario. De manera gradual, la industria galletera inicia un proceso de crecimiento que ya no se detiene, sino que va en aumento acorde con la expansión de los mercados, así como con las necesidades y preferencias de los consumidores.
Actualmente, la galleta es un alimento tan popular que la podemos encontrar en cualquier lugar del mundo, y en infinidad de formas, tamaños y sabores.